Enérgico Profesor De Matemáticas No Era Lo Que Parecía. Descubre Cuál Era Su Secreto.

Profesor Jim O´Connor

Se llamaba Jim O’ Connor, profesor de Matemáticas del Colegio Secundario Saint Francis, California. Era un profesor muy severo hasta rudo que exigía mucho a sus alumnos. Los alumnos le temían. No era un profesor popular ni querido.

Cuando el director del colegio les preguntó a los muchachos, a los alumnos, si cuando se hablaba de AMOR ellos pensaban en el profesor O’Connor, ellos respondieron “obviamente no”. En una palabra no era de esos profesores que uno estima y quiere de verdad por su personalidad y el buen trato que da a los alumnos.

El profesor O’Connor era gruñon, él decía que no estaba allí para entretener a los alumnos. “Me vuelve loco cuando la gente dice que el colegio debe ser divertido, me gustaría que fuese así, pero tu no puedes hacer el colegio divertido.”

Los alumnos pensaban que el profesor O’Connor era así y que no podía ser de otra forma hasta que un día del pasado noviembre el estudiante de último curso Pat estaba encargado de la recolección de sangre de donantes, para fines benéficos, en los colegios y esto lo llevó a Los Ángeles para una reunión. Cada vez que decía que era del Colegio Saint Francis le decían “Oh, tu debes conocer al Profesor Jim O’Connor” ¿no es una persona maravillosa?

“¿Persona maravillosa?” pensaba Pat.

Dentro del Centro de Donantes del hospital, Jim encontró  placas con los nombres de los mayores donantes de sangre y allí encontró el nombre del profesor Jim O’Connor como el donante número uno. Además descubrió algo mucho más interesante y se quedó perplejo: cuando el Profesor O’Connor no estaba enseñando Matemáticas en el Colegio tenía otra actividad y que era algo muy especial, la de cuidar niños pequeños y enfermos internados en el hospital. Esta actividad la realizaba como voluntario 3 veces por semana y ya lo estaba haciendo desde hace 20 años. Los cuidaba, los mecía, los alimentaba ayudando a sus padres que no podían hacerlo porque estaban trabajando.

La enfermera Erin Smith dice “él es invaluable”. “Cuando él los atiende los bebés se calman, se relajan y se duermen”. “Por algún motivo me gustan y me siento relacionado con ellos” dice el profesor O’Connor. Jim nunca ha estado casado, pero tiene sentimientos muy fuertes hacia estos niños.

Cuando el jefe le dijo al profesor O’Connor,“tu no eres un tipo duro”, el contestó “lo sé, pero no se lo digas a mis alumnos”.

Algunas veces crees que conoces a alguien por algún comportamiento, pero no tienes la menor idea de quien realmente es, crees que estás aprendiendo Matemáticas, pero lo que realmente estás aprendiendo es mucho sobre la vida misma.

Esta es una linda historia que nos enseña a no juzgar a las personas por solo lo que se ve, hay que tratar de conocerlas en todas sus facetas. Y si tienen comportamientos extraños averiguar siempre la causa, motivo o razón de dicho comportamiento y no juzgarlos a la ligera.

¿Conoces a alguien así?