Una de las formas más fáciles de perder la amistad de un amigo o un pariente es prestarle dinero. Hay un viejo dicho que dice “si prestas dinero a un amigo, pierdes el dinero y pierdes al amigo” y no estamos hablando exactamente de sumas altas, pero a la hora de pedir que te devuelvan el dinero puedes tener problemas. Es mejor no hacerlo y si se trata de sumas grandes, pues lo más probable es que no te devuelvan o si te devuelven será después de mucho tiempo.
A veces las circunstancias de la vida pone a las personas que nosotros queremos mucho, en situaciones muy difíciles, pues necesitan con mucha urgencia este dinero que lo están pidiendo prestado porque tienen problemas graves de salud como un cáncer (los tratamientos son sumamente caros) o para terminar su casa que está en construcción, o cualquier otro gasto que ponen a la persona en la encrucijada de hacerse un préstamo de un amigo. El banco no les facilitará el dinero con la premura que ellos necesitan.
Por ser amigos el prestamista conoce bien al amigo que le solicita un préstamo, lo conoce bien y sabe si es responsable a la hora de cumplir con sus compromisos financieros, puede incluso saber si tiene muchas deudas con el banco u otras instituciones o con las tarjetas de crédito y si no sabe podrá siempre preguntar antes de tomar cualquier decisión.
De todas maneras si vas a prestar dinero a un familiar muy cercano o a un amigo muy querido, piénsalo dos veces no vaya a ser que pierdas estas buenas relaciones por un préstamo, no vale la pena. Es mejor que le digas abiertamente que no quieres perder su amistad y que por eso no le prestas. Esperemos que lo entienda.
Pero si a pesar de todo quieres ayudar a tu amigo con dinero hazlo, pero como un regalo y consultando previamente a tu esposo o esposa. Una buena forma de decirle para no estropear la relación es “Ya me lo pagarás cuando puedas” aunque tu sabes que nunca lo hará. Presta sin esperar devolución. Préstale solo lo que estés dispuesto a perder. Tómalo como si estuvieras dándole un regalo. Y dale a entender así. Ahora si te paga ….¡enhorabuena!
Ayuda a tu amigo o familiar a resolver su problema sin ofrecer dinero. Así verá que eres su amigo y que te importan sus cosas. Dale tu apoyo moral y emocional.
Si le prestas dinero, solo préstale sin darle ningún discurso ni hacerlo sentir mal, como si te estuviera quitando el pan de la boca, porque tu ya has decidido prestarle y lo estás tomando como un regalo que probablemente nunca recuperarás. No le hagas sentir derrotado, ni humillado. Haz las cosas bien hasta el final. Porque si se siente mal porque tu le estás prestando no estará agradecido sino con un sentimiento negativo hacia tu persona.
A veces son los hijos los que ponen en una situación difícil a los padres pidiéndoles préstamos o pidiéndoles poner su casa (la de sus padres) como hipoteca de un préstamo en un banco. Y resulta que al hijo no le ha ido bien en el negocio que ha emprendido. La Institución Financiera no perdona, ni espera y los padres han quedado en la ruina, sin su casa ni dinero.
Muchos casos se han visto en esta situación. Como el de la señora aquella, viuda ella, que tenía una bella y gran casa colonial muy bien situada y siempre muy bien cuidada. A los hijos se les ocurrió un buen día de esos entrar en un “negocio próspero” pidieron al banco un préstamo y a su madre la garantía de su casa, ella como buena madre no les negó. El negocio no salió como esperaban y ahora la señora se ha quedado sin su casa porque el banco la ha rematado; sus hijos casi no la visitan y ella vive en un asilo de ancianos.
Me da pena decirlo pero tengan cuidado con sus hijos amados que pueden llevarlos a la ruina sin el menor empacho tal y como lo harían personas extrañas.
Fuente: http://www.aprendizfinanciero.com
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