Los berrinches, rabietas o pataletas son la respuesta a algún tipo de frustración que está teniendo el niño pequeño, generalmente de dos a cuatro años. Comportamiento que tiene con alguna frecuencia. Esta actitud que puede hacer perder la paciencia al padre o a la madre hay que corregirse a tiempo porque puede volverse un arma en manos del niño para lograr conseguir todo lo que quiere.
El berrinche consiste en lloros, pataleos, gritos y hasta golpes por parte del niño, que provoca gran nerviosismo a los padres y cuando ocurre fuera de la casa en un lugar público y molesta a otras personas desencadena una situación sumamente desagradable de vergüenza y bochorno.
Los padres deben enseñar a su niños que con rabietas y pataleos no van a conseguir lo que desean. Los padres no deben ceder nunca al deseo del niño que está haciendo un berrinche porque la próxima vez lo hará con más fuerza pensando que ésta es la forma de conseguir lo que quiere.
Estrategias para luchar el momento del berrinche
1.- Ignorar lo que está haciendo el niño.
Si la mamá está en la casa debe salir del cuarto y decirle que se está portando muy mal, que por eso se sale y que va a volver cuando se calle y si está en la calle darle la espalda sin mirarlo. El niño sabe que si no le están mirando el efecto de la rabieta será nulo.
2.- Darle algo que le llame la atención y pueda distraerlo
Y tal vez el enojo y la frustración puedan desaparecer. Es bueno que la mamá lleve en la cartera un juguete, un dulce o golosina que le guste y así dirigir su atención hacia otra cosa.
3.- Abrazarlo es también una buena estrategia.
Muchas veces el niño se calma cuando su mamá le da un fuerte y cariñoso abrazo sin ceder en lo que el niño quiere, motivo del berrinche.
4.- Evitar situaciones peligrosas.
Un niño con berrinche no mide las consecuencias que sus actos pueden traer, como tirar objetos puntiagudos o romper platos y vasos, volcar floreros con agua, romper plantas, vaciar el cereal de su plato de desayuno. Se ha notado que si el niño está cansado o con hambre la rabieta se multiplica por dos.
5.- Hablar con el niño
Cuando el niño está en pleno berrinche, hablar con él es imposible. Una vez que la pataleta ha pasado, hablar con la criatura es importante y explicarle que las cosas no se solucionan de esa manera.
6.- Prevenir
La madre del niño sabe muy bien que situaciones pueden desencadenar un berrinche, cuando ve que esto va a ocurrir debe anticiparse e intentar razonar con él y distraerlo.
Un testimonio de alguien que pasó por esta experiencia
A muchos papás nos ha pasado que en el lugar y momento más inadecuado, el niño hace un berrinche.
Estábamos en el aeropuerto haciendo fila para abordar el avión pues nos íbamos a un viaje bastante largo cuando a nuestro hijo se le ocurrió hacer una rabieta ¿por qué? Seguramente por algo muy simple que podía haberse evitado, pero como también nosotros estábamos tensos por el viaje, no le dimos importancia al deseo del niño y ¡sas! . . Empezó la catástrofe, el niño empezó con su berrinche. ¡Qué situación! Nos sentimos avergonzados ante la demás gente, todos nos miraban y algunos seguramente pensaban “que mala madre” o que “mal padre”. “¿Por qué no hacen algo para calmarlo?”… No podíamos, teníamos que seguir adelante porque sino, hubiésemos perdido el avión.
Subimos con el niño llorando, pataleando, pegando a su padre que lo estaba cargando a la fuerza, haciendo un verdadero escándalo. ¿Qué hacer? En este momento crucial del viaje no lo podíamos dejar ignorado, tratamos de calmarlo, de distraerlo con otra cosa, lo abrazamos fuertemente, pero nada, el berrinche continuó. Así entramos al avión y después de un buen rato y de mucha vergüenza, con la ayuda de Dios se calmó.
Mantener la calma en medio de un berrinche es muy dificil. Los berrinches en la infancia hacen pasar momentos terribles a los padres.
Fuente: http://www.consumer.es/