Estamos tan acostumbrados a que las cosas no salgan como queremos, que nos protegemos arruinándolas antes de que otros las arruinen. Muchas veces saboteamos nuestra vida impulsados por razones inconscientes, y lo justificamos a través de medios conscientes. En pocas palabras, arruinamos nuestra salud(vida) sin siquiera darnos cuenta.
Si eres demasiado duro contigo mismo y tiendes a sabotear tu propio éxito no lo hagas más, investiga cómo puedes dejar de dañarte y cómo puedes tratarte a ti mismo de la forma en que mereces ser tratado.
Algunos consejos
Sé objetivo.
Da un paso atrás y mira desde el punto de vista de un extraño lo que está sucediendo en tu vida. Sería una buena idea comenzar un diario y escribir.
Acepta las imperfecciones.
Obtener comentarios y críticas sobre tu persona es probablemente lo último que deseas, pero es una gran oportunidad para mejorar tu vida , y darte cuenta de lo que estás haciendo mal. En la mayoría de los casos, encontrarás que los comentarios fueron realmente útiles, pero solo si no los tomas demasiado a pecho o si no piensas obsesivamente en ellos.
Sé realista acerca de tus metas de vida y divídelas en mini-metas. Pueden ser diarios o semanales, depende de ti. Anota cada paso que necesitas para llegar allí, y no dejes de lado los momentos en que no pudiste alcanzar uno de ellos. Confía en este proceso y, lo que es más importante, confía en ti mismo.
Deja de ser egoísta.
Algunas personas piensan que cuando sabotean su vida, lo hacen por el bien de los que están a su alrededor. Por ejemplo, una madre puede sentir que está poniendo el bienestar de sus hijos antes que el suyo cuando no saca tiempo para comer bien o hacer ejercicio. O un padre piensa que si trabaja todo el tiempo y no le alcanza el tiempo para cuidar su salud, es por el bien de su familia. La verdad es que este comportamiento es la definición exacta de ser egoísta.
Confía en tus perspectivas.
A medida que crecemos, somos bombardeados con comentarios sobre nosotros mismos, y son los comentarios negativos los que más se nos pegan y se quedan con nosotros. El problema aquí es que puede ser difícil liberarse de estos comentarios porque los convertimos en bestias tangibles que nos atormentan en cada decisión que tomamos. Además, pueden ser comentarios ordinarios y corrientes que alguien hizo sin pensarlo dos veces, pero para nosotros son terribles porque dominan nuestras horas de vigilia y dictan nuestras decisiones de vida. Es importante dar un respiro a estos comentarios y ser más fuertes que el efecto que puedan tener en nosotros para poder vivir la vida al máximo.
Vive tranquilo contigo mismo.
No es gran cosa si te sientes incómodo en una determinada situación, o si no estás completamente seguro de qué hacer. Respira hondo, date cuenta de que a otras personas les pasa lo mismo, de vez en cuando tienen mucho miedo que les sobrecoge el corazón, pero igualmente se lanzan al agua. ¿Qué es lo peor que te puede pasar? Una de dos cosas: fallarás miserablemente, lo cual será un poco vergonzoso, pero no será el fin del mundo, te levantarás, respirarás profundamente, aprenderás de tus errores y volverás a intentarlo. O bien, tendrás éxito, te sentirás orgulloso de tus logros, y pasarás a la siguiente tarea con valentía.
Sé valiente.
Refuerza tu confianza en ti mismo; requiere práctica y tiempo. Date el tiempo para investigar y hacer preguntas para estar preparado y confiando en ti mismo.
Lucha contra tu baja autoestima.
Cuando no confías tanto en tus habilidades como deberías, no puedes alcanzar lo máximo. Las personas con baja autoestima siempre tienen excusas disponibles de por qué no son lo suficientemente buenas o por qué no pueden hacer esto o aquello. El miedo al fracaso es normal, pero el “no intentar” es lo que te hace perder la vida.
Tómate el tiempo necesario para ponerte delante de los demás; esto te hará una persona más saludable y equilibrada. Pronto descubrirás que tienes más tiempo y energía para hacer las cosas que tienes que hacer en tu vida, ya sea en el trabajo o en la familia.
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