Si observamos a adolescentes donde quiera que sea: en una sala de espera de un consultorio médico, en un transporte público, alrededor de una mesa, todo ellos están con la cabeza gacha moviendo sus dedos en forma constante y aplicada sobre el celular, smartphone o como se llame. Si les hablas no te contestan o apenas percibimos algo así como un susurro. Están tan concentrados mandando mensajes de texto, subiendo fotos o contando una historia en snapchat que lo que está alrededor suyo ha desaparecido.
Hoy en día el smartphone se ha convertido en el dispositivo móvil más útil de la vida, con él accedemos a nuestras cuenta de correo, a nuestras redes sociales, podemos navegar por todo el Internet, jugar videojuegos, saber la hora, por supuesto hablar por teléfono y una cantidad de cosas más. El uso del celular es prácticamente indispensable. Los avances de la Tecnología pueden ayudar a desarrollar nuevas formas de comunicación, pero también pueden contribuir al aislamiento social de las personas y a su depresión.
Las Redes Sociales han cambiado la forma en que los chicos y toda la gente se relaciona. Todo es muy impersonal. Estos mandan mensajes que se les antoja porque sienten la libertad de decir las cosas que nunca lo dirían de frente. El problema es que no se hacen responsables de lo que dicen o de las consecuencias que puedan traer de lo que han dicho. Los adolescentes no están teniendo responsabilidad por lo que dicen ni por el tipo de relaciones que están creando.
Muchos padres están preocupados por esta situación y temen que sus hijos sean adictos a los celulares y éstos reconocen que si lo son. Una encuesta realizada por Common Sense Media reveló que el 50% de los adolescentes tiene adicción a su teléfono móvil o sea que sienten una gran dependencia con respecto a su móvil y una necesidad urgente de estar siempre conectados.
La encuesta también reveló que el 69 % de los padres y el 78% de los adolescentes revisan su celular al menos una vez cada hora y que pasan de 6 a 9 horas al día conectados. El 72% de los adolescentes dijo que sentía la necesidad urgente de contestar inmediatamente a mensajes de texto y aplicaciones sociales. El 77% de los padres sienten que sus hijos no les prestan atención cuando les hablan porque están distraídos con el celular.
También la encuesta nos dice que tanto los padres como los hijos han tratado de disminuir el uso del celular, pero los expertos llaman a esto la “adicción del siglo XXI” y nos dicen que esta adicción puede pasarle a cualquier persona.
El experto en desintoxicación digital Holland Haiss dice que si un joven adolescente prefiere quedarse encerrado en casa jugando videojuegos en vez de salir a la calle a encontrarse con sus amigos, ir al cine o ir a comer con ellos, divertirse, pasarla bien, practicar algún deporte es muy probable que tenga una adicción a la Tecnología.
Mucha gente considera esta adicción a la Tecnología como una amenaza a la salud pública, pero en muchos países como en los Estados Unidos no se considera esta adicción como mala. No se reconoce como un desorden de salud.
La doctora Darby Fox, una psicóloga especializada en Adolescentes y Niños recomienda no darles celulares a sus hijos porque no los necesitan. Un niño de 12 años, dice, debería ir acompañado de un adulto si sale de la casa y en el colegio estar acompañado de sus profesores hasta que sus padres o un familiar lo recoja.
Es importante que los padres den el ejemplo, porque si éstos se las pasan con el teléfono durante todo el día posteando mensajes, mandando textos y aún jugando videojuegos, evitando la conversación familiar y por lo tanto todo contacto de relacionamiento entre los miembros de la familia, ¿qué se puede esperar de los niños? Ellos harán lo mismo que ven hacer a sus padres.
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