Si quieres ser la mujer que todos los hombres quieren, entonces tienes que entenderlos. Cuánto más entiendas a un hombre, su psicología, sus sentimientos y emociones, mayores serán tus posibilidades de personificar a la mujer de sus sueños.
Esto no significa que tu debas ser una persona diferente de la que eres. Lamentablemente, muchas mujeres tienen miedo de mostrar su verdadero yo porque temen mostrarse débiles.
Si aprendes a amarte y aceptarte como quién realmente eres, entonces emitirás un aura de confianza que los hombres encontrarán irresistible. La mujer que todos los hombres quieren es la que no tiene miedo a mostrar su lado más débil, demostrar que ella necesita un compañero y que además entiende las diferencias fundamentales entre hombres y mujeres.
A los hombres les gusta cuidar de su mujer, quieren ser su héroe y una mujer que es completamente autosuficiente y proyecta un aura de despiadada independencia alejará a los hombres. Por supuesto, hay hombres que gustan de las mujeres fuertes que toman la iniciativa, pero la mayoría de las veces, a una mujer, no le importa cuán fuerte o independiente es, ella no quiere ser la que tenga el control.
A los hombres realmente no les gusta competir con su mujer. No se casan para competir, tienen suficiente de eso en otras áreas de sus vidas, como en el trabajo o con sus amigos. Lo que quieren es tener alguien en quien puedan confiar, alguien con quien puedan divertirse y alguien que les sea leal.
Verás, hay pocas cosas que hacen que un hombre sea más feliz que saber que puede hacer que su mujer se sienta bien y cuando está molesta, quiere hacer todo lo posible para hacerla sentir mejor. Si tu puedes aprender a expresar genuinamente tus sentimientos en lugar de largarle una sarta de problemas, entonces encontrarás en tu pareja a una persona mucho más receptiva.
La sociedad puede haber colocado a hombres y mujeres en pie de igualdad en el lugar de trabajo y tal vez en otras áreas de la vida. Si bien es absolutamente cierto que una mujer puede hacer casi cualquier cosa que un hombre puede hacer y viceversa, también es cierto que tienen diferencias fundamentales. El problema es que cuando las mujeres tratan de pasa por alto esas diferencias y pretenden que no existen, terminan alejándose del mundo, en un intento de ser más como los hombres con los que sienten la necesidad de competir.
La razón de esto es bastante simple. Los hombres son competitivos por naturaleza, las mujeres no lo son. Por lo tanto, para tener éxito en el lugar de trabajo, más y más mujeres han tenido que ser tan competitivas como los hombres y en muchos casos más, porque comienzan con una desventaja: ¡Son mujeres!
Sin embargo, muchas mujeres han llevado esta competencia a un nuevo nivel y su deseo de triunfar les ha convencido de que ser mujer es ser débil, por lo que tienen que cerrar sus sentimientos y actuar más como los hombres con los que trabajan.
Lamentablemente las mujeres se equivocan groseramente al pensar así porque la feminidad no es de ninguna manera una debilidad, sino, de hecho, una fuerza, ya que es la única cosa que les permite influenciar sobre los hombres mucho más efectivamente que cualquier argumento o competencia. Los hombres se sienten desarmados por la suavidad de una mujer, simplemente porque los hombres fueron diseñados para luchar y las mujeres fueron para alimentar.
Vale la pena dar un paso atrás y mirarnos en el espejo, porque si no aprendemos finalmente a aceptar quién y qué somos, nunca podremos hacer los cambios necesarios para llegar a ser la mujer que los hombres aman. El problema más grande que tenemos ahora mismo es nuestra propia percepción.
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